CONTRA EL MAQUINAL RUIDO

ruidoDesde el momento en que un individuo está condenado a vivir en un mundo donde “tiene que escuchar” porque no resta ningún sitio silencioso, no le queda más remedio que pertenecer a ese mundo, obedecerlo o incluso convertirse en siervo del mismo.

Si se le niega al hombre escapar de su accesibilidad y disponibilidad acústica, pronto se le negará también, es decir, pronto no será capaz tampoco de escapar de la accesibilidad y disponibilidad en general: la accesibilidad y la disponibilidad se convierten entonces en su segunda naturaleza. Y al final, incluso cultivará esa esclavización, de manera que se sentirá perdido si por casualidad no es disponible.